Las mujeres que se maquillan, se disfrazan o se cubren el rostro son constantes en mi trabajo: las catrinas se originan en una caricatura política creada por el grabador José Guadalupe Posada a finales del s.XIX y retomada en “Sueño de una tarde dominical en la Alameda” por Diego Rivera a mediados del s.XX. Durante los primeros años de mi migración a España retomo la catrina, particularmente desde la acuarela, como una forma de procesar las transformaciones a las que nos enfrentamos a lo largo de nuestra vida.











